Los últimos meses el centro de investigación CITA en Aragón, ha publicado dos grandes trabajos analizando centenares de trufas  de dos temporadas en diferentes tipos de suelo y por primera vez dentro de nidos con turba.

Este es el segundo artículo recién publicado:

Lack of Linkages among Fruiting Depth, Weight, and Maturity in Irrigated Truffle Fungi Marks the Complexity of Relationships among Morphogenetic Stages

los autores querían comprobar si cuando salen varias trufas juntas, el peso de la trufa más grande mostraría una relación negativa con el peso de las restantes, debido al agotamiento de recursos o mecanismos de inhibición que ya habían sido hipotetizados por otros autores; y si las diferencias entre suelos y/o sustrato con turba afectarían las relaciones entre los caracteres de desarrollo de las trufas, ya que es de imaginar que las propiedades del suelo y los nidos pueden influir en estos caracteres (madurez, peso, forma…).

Los resultados para las trufas que salen solas son:

(i) la profundidad de fructificación no mostró una relación significativa con ningún otro carácter,

(ii) el peso de las trufas mostró una fuerte relación negativa con el índice de forma (es decir, trufas más grandes tienen formas más irregulares y menos redondeadas), y

(iii) la Fecha de cosecha mostró una fuerte relación positiva con la madurez de las esporas, (lo que inicialmente parece obvio). Esta fecha mostró una relación significativa y negativa con el peso de la trufa en el sustrato y 2 tipos de suelos, que podría estar relacionada con la pérdida de peso durante el invierno. Debemos tener en cuenta que febrero es uno de los meses más secos de España, por eso varios productores riegan durante el invierno.

Como ejemplo, en nuestra propia finca este invierno ya hemos regado 6 veces esta temporada desde finales de noviembre  y lo hicimos 9 veces el año pasado.

Y los resultados para las trufas que salen varias a la vez, son:

i) la profundidad de fructificación no mostró una relación significativa con ningún otro carácter,

(ii) el peso de la trufa mas grande mostró una fuerte relación positiva con el peso combinado de todas las demás.

(iii) la fecha de recolección esta vez no mostró una relación significativa con el peso de la trufa mas grande.

En el sustrato de los nidos y en uno de los suelos, el peso de la trufa más grande del grupo mostró una fuerte relación negativa con su índice de forma (nuevamente las trufas más grandes presentan la peor forma). En el sustrato, la fecha de recolección mostró una relación significativa y negativa con el peso de las trufas restantes , por lo que nuevamente debemos tener en cuenta que la turba se seca más que el suelo circundante, y como productores, debemos empezar a medir mejor la humedad con sondas y regar en consecuencia.

Por otro lado, cuando comprobamos estas siguientes figuras, parece que hay un mejor peso en la trufa más grande a 10-20cm, que es donde normalmente queremos que fructifiquen cuando hacemos nidos con sustrato (protegidas de golpes de calor y heladas):

 

 

El índice de forma es mejor en las trufas superficiales, denominadas «chapas», suponemos que la compactación es menor allí:

 

Conclusiones:

La profundidad del suelo a la que se formaron las trufas no mostró ningún vínculo con el peso, la forma o la madurez de las esporas para ninguna de las tipologías de suelo y/o sustratos analizados. Esto sugiere que, en las condiciones experimentales, el peso y la madurez no dependen de dónde fructifican las trufas en el perfil del suelo.
En esta plantación estudiada, los rangos existentes en las variables microclimáticas no desencadenaron cambios de peso o madurez en todo el perfil del suelo para ninguna tipología de suelo.
Las trufas más grandes muestran formas más irregulares y menos redondeadas.
No se encontró un vínculo causal entre la madurez de las trufas y el peso.
Cuando las trufas salen en grupo en un pozo, se evidenció una relación positiva entre el peso de las trufas más grandes y el peso de las trufas restantes. La relación entre estos caracteres de desarrollo es muy fuerte en nidos con sustrato, que es mucho más «esponjoso» que la tierra.
Esto último no se esperaba. De hecho, los autores habían planteado inicialmente la hipótesis de que el agotamiento de los recursos locales desencadenaría mecanismos de compensación entre la supervivencia de las trufas y su tamaño, en consonancia con el hecho de que, antes del verano, la densidad de las trufas todavía inmaduras en el suelo es mayor que la de trufas maduras localizadas por perros en la temporada de cosecha.

Nuevamente, muchos nuevos datos interesantes. Felicitaciones al equipo de investigación.

Saludos,

Marcos Morcillo