Son muchos los hongos que a parte de la fase sexual presentan fases asexuales o anamorfas, en las que son capaces de producir conidios o esporas asexuales, que actúan como unidades de dispersión. Estos conidios mitóticos  (que se dividen por simple mitosis) ya han sido descritos para Tuber borchii, T. dryophilum y el grupo de T. maculatum. De hecho, se han encontrado lo que en inglés se denominan «spore mats» (redes de mitósporas, o micelio que lleva esporas y es visible a simple vista) en 9 de los 16 linajes de pezizales. Así que ¿por qué no los podrían tener las demás trufas? Estos conidios miden 1/3-1/5 del tamaño de las meiosporas que hay en el cuerpo fructífero de las trufas, en algunos casos 1 micra en comparación con las 40 micras de las meiósporas, así son más fáciles de diseminar por el agua o el viento y facilitarían que distintos genets y mating types se encontraran y fructificaran. Así mismo, podrían actuar como espermacios (hacen de una de las partes necesarias para la fertilización en la reproducción sexual), por ejemplo estos conidios serían producidos en la superficie por el micelio y podrían ser llevados a otras partes (por el viento, artrópodos u otros animales) y al entrar en contacto con las hifas que emergen de alguna micorriza de “sexo compatible”, formar el micelio dicariótico que dará lugar a la trufa.

Estuve con Greg Bonito en Tasmania en septiembre y me mostró como son estos spore mats de trufa negra. Ya podéis empezar a buscar bajo terrones de suelo de vuestras plantaciones, pequeños cúmulos de hifas blancas, de un centímetro cuadrado, y que al mirarlas con lupa de campo parecen como polvorientas, como el que de la imagen que he adjuntado del artículo de Rosanne Healy.

La ilustración que encabeza este post forma parte del nuevo libro que estamos a punto de publicar sobre trufas y su cultivo (ya os mantendré informados). En ella podeis ver como un micelio cualquiera, en este caso con sexo positivo, puede formar conidios que al germinar todos ellos darán micelio positivo y que al encontrarse con otro micelio de sexo complementario que, por ejemplo, venga de una micorriza (en este caso negativa) darán lugar al micelio dicariótico capaz de formar una trufa.

Hoy en día sabemos que varios hongos excretan hidrofobinas y crean una película líquida alrededor del micelio que actúa como vector del movimiento de bacterias y posiblemente de sus propios conidios por el suelo. Son de hecho, las “autopistas” por las que circulan varias substancias, a velocidades alrededor de 1 centímetro por día.
Todavía no sabemos si estos conidios son capaces de formar micorrizas pues, en uno de los trabajos que cito mas abajo, ninguno de los spore mats utilizados como inóculo produjo micorrizas en condiciones controladas.
Si en un futuro próximo, podemos cultivar estas mitósporas en laboratorio y producir inóculo de forma económica con ellas, se abriría una puerta tremendamente interesante en truficultura.
Como conclusión práctica de todo ello, un suelo con una elevada actividad de insectos o animales, puede favorecer el diseminado de micelios, conidios o esporas de sexos compatibles que favorecerían la fructificación, así mismo el truficultor puede ayudar con un simple pase de cultivador.

Saludos,
Marcos Morcillo
Referencias:


– Urban A, Neuner-Plattner I, Krisai-Greilhuber I, Haselwandter K. 2004. Molecular studies on terricolous microfungi reveal novel anamorphs of two Tuber species. Mycological Research 108: 749-758
– Healy RA, Smith ME, Bonito GM, Pfister DH, GE ZW, Guevara GG, Williams G, Stafford K, Kumar L, Lee T, Hobart C, Trappe J, Vilgalys R, Mclaughlin DJ (2012) High diversity and widespread occurrence of mitotic spore mats in ectomycorrhizal PezizalesMolecular Ecology22, Issue 6, pp 1717-1732Doi: 10.1111/mec.12135.
– Rosanne Healy. Fungal Diversity…Hiding in Plain Sight. THE MYCOPHILE, JULY-AUGUST 2014. http://harvard.academia.edu/rosannehealy