En el nuevo libro de truficultura que acabamos de escribir, dedicamos un capítulo a explicar la truficultura en otros países, uno de los más importantes es Australia y no encontré ningún mapa potencial para cultivo de la trufa negra en ese país, a parte de uno que aprovechaba las zonas de clima templado y que os pongo más abajo. Así que hemos creado el que os pongo en este post. Para ello hemos utilizado los tres mapas superiores y solapado las zonas con temperaturas medias del mes más cálido inferiores a 24ºC, las del mes más frío superiores a 3ºC y con pluviometrías medias anuales entre 300-1500mm. Pues entendemos que todas las plantaciones se realizan co riego. 
En el país existen algo más de 200 truficultores y unas 600 hectáreas plantadas, principalmente de trufa negra. Desde que en el año 2000 se recogieran las primeras trufas, son varias las plantaciones que han entrado en producción, algunas de ellas con un éxito notable.


La producción total de la campaña 2012-2013 fue de unas 8 toneladas (más de la mitad se ha producido en la zona oeste), cifra que se ha ido incrementando en los últimos años un 20-25 % anual. Las otras zonas con más plantaciones son Nueva Gales del Sur y Tasmania, que en 2013 produjeron unos 600-700 kilos cada una, seguidas de Victoria (que en 2013 produjo unos 100 kilos), esta última con unas plantaciones que todavía son muy jóvenes.

Existe una Asociación Australiana de Truficultores (www.trufflegrowers.com.au), que en 2014 contaba con 130 miembros y 160.000 árboles truferos en campo.
En 2014 se creó una nueva Asociación de Truficultores del Oeste de Australia, ya que en esta región se concentran los mayores productores, con 130.000 árboles plantados, el 50 % de las plantaciones ya en producción y 6 de ellas con rendimientos comerciales.
Manjimup, que se encuentra en la zona sur-oeste, recibe 1.000 milímetros de lluvia anual, la mayor parte repartida en los meses de invierno, de junio a septiembre, cuando se recolecta la trufa en esa zona, a lo que hay que sumar el riego casi continuo por microaspersión. El resultado es que las trufas fructifican muy superficiales, lo que afecta a su calidad. Otra peculiaridad de la región es que las temperaturas de invierno son relativamente cálidas, hecho que tal vez permita incrementar la densidad de plantación. Asimismo, el desarrollo vegetativo de los árboles es sorprendente, entre 2-3 veces superior a España, lo que les permite obtener buenos rendimientos en mucho menos tiempo. Ese desarrollo genera bastante sombra en el suelo, factor que en las zonas tradicionalmente truferas en España provocaría una pérdida de producción; no obstante, allí no parece tener un efecto negativo.
Existe una plantación de 19,5 hectáreas en Manjimup, con 13.000 robles (Quercus robur) y avellanos, plantados con una densidad de más de 600 pies/ha que produce, según los propietarios, hasta 5.000 kilos anuales de trufas, lo que se traduce en una media superior a los 200 kg/ha.

Saludos,
Marcos Morcillo

Fuente: Bureau of Meteorology of Australian Government 
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