hace días que no encontraba tiempo para escribir en este Blog. Ayer, de viaje desde Barcelona a Ciudad del Cabo tuve tiempo de leerme unos trabajos pendientes, de los que os escribo algunos comentarios:

Un trabajo del 2016 abre una nueva visión al ya complejo ciclo biológico de la trufa negra. Sabemos que la trufa a menudo fructifica bajo ciertos arbustos (enebro, romero, tomillo…) y que son varias las plantas herbáceas que toleran el quemado. Pues se ha encontrado ahora con técnicas de ADN como el micelio de trufa negra es capaz de colonizar las raíces de ciertas plantas y arbustos con las que no crea verdaderas micorrizas.

Grinder ya había encontrado algo parecido para trufa de verano.

En este trabajo al analizar una trufera silvestre de Quercus ilex, detectaron con PCR micelio de trufa negra en 74 muestras de raíces de plantas herbáceas, que corresponde a la mitad de las analizadas.

La mayoría de este micelio (65%) que se encuentra en las raíces de hierbas, es el mismo que la parte materna de las trufas que se recolectaron a su alrededor, pero hay un 25% que no se encuentra en las trufas recolectadas y no sabemos qué hace allí.

¡También se ha visto como una trufa puede presentar una única madre, pero varios padres! Esto se ha observado así mismo, en trufas de gran porte, que parecen pequeñas trufas “pegadas”, donde estas distintas partes de la trufa provienen cada una de un “padre” distinto, aunque comparten la madre. Es como si distintas trufas juntas se fusionaran en su desarrollo. No solo estas trufas “multilobuladas” tenían distintos padres, sino que varias de las “monolobuladas” presentaban distintos individuos paternos. Cada lóbulo podría ser una fecundación diferente de una misma madre.

Este estudio también encuentra una alta consanguinidad en las trufas encontradas en una misma trufera. Posiblemente sea debido a que o bien la trufa es dispersada por un animal o bien porque se pudre en el suelo, ello provoca que en un mismo lugar encontremos los dos tipos sexuales (materno y paterno) provenientes de las esporas que germinan como parte materna o parte paterna…

Este trabajo también muestra como el flujo de genes parece quedar limitado al tamaño del quemado. Es decir que madres y padres provienen, en truferas silvestres, de individuos físicamente cercanos. Esto debilitaría la teoría de que algunos padres pudieran venir de “espermacios mobiles”, como los conidios o esporas de reproducción asexual encontrados en algunas trufas como en Tuber borchii, o bien estos conidios tienen una dispersión débil.

No obstante estos trabajos están hecho en truferas silvestres, y posiblemente a medida que ampliemos estos estudios y los tamaños de muestreo algunos de los resultados podrían cambiar. Así mismo, en plantaciones donde se trabaje el suelo y se realicen aportes con esporas podremos encontrar datos muy distintos.

References:
Saludos desde Sudáfrica, donde estamos estos días por unos proyectos de trufa 😉
Marcos Morcillo