En la imagen podéis ver uno de los experimentos que más han cambiado la manera de entender el desarrollo de la trufa:
Este avellano inoculado con T. melanosporum fue plantado en 1990 en un suelo calizo. Se marcó con 13C, un isótopo de carbono estable no radiactivo, mediante inyección de CO2- 13, el 7 de julio del 2010 (durante 45 minutos) y el 1 de septiembre del 2010 (96 minutos) con la ayuda de una cámara sellada de 28 m3 de polyetano. El árbol asimiló durante estos dos procesos, 16,7 g del C13 inyectado. El objetivo era mediante espectrometría de masas, medir de forma separada el C13y C12 y la transferencia de asimilados con C13 mediante la fotosíntesis, de las hojas a las raíces, las micorrizas y las trufas. Para evitar una posible transferencia de C13 a la tierra a través de las hojas, ramas o avellanas que caen en el suelo, el árbol fue envuelto después de marcar con una red de octubre 2010 a abril 2011. 
Los resultados muestran una transferencia masiva del carbono asimilado a las trufas, desde su formación hasta su plena madurez, es decir, hasta febrero de 2011.
El mismo experimento se llevó a cabo en 2011-2012 en Visan en Vaucluse en dos encinas plantadas en 1982, con resultados en la misma linea.

Este trabajo muestra cómo la mayoría del carbono utilizado en la formación de las trufas viene de la fotosíntesis, y por tanto de material transferido a través de las micorrizas. El carbono de las trufas viene de las reservas de almidón acumuladas en el tronco, ramas y raíces. En invierno, este almidón es hidrolizado en sacarosa, pues es mas resistente al frío.
Existe pues un vínculo físico directo entre el árbol y la trufa durante su formación y maduración, aunque éste vínculo sea muy complejo de observar visualmente.
Por otro lado, aunque no es del todo concluyente, parece ser que el nitrogeno sí que viene del suelo, a través de su transformación mineral por parte de las bacterias, como ya se ha demostrado para Tuber magnatum.
Estos resultados tienen implicaciones directas: por ejemplo, no trabajar el suelo durante todo el proceso de formación y maduración de las trufas para no rompler ese «vínculo» con el árbol. 
Por otro lado, las enmiendas orgánicas, que tan de moda se han puesto en truficultura, no son útiles como fuente de carbono, aunque pueden tener una función indirecta, de mejora de la estructura del suelo, disponibilidad del agua o mejora de la actividad microbiana. Quizás podrían tomar más importancia abonados foliares para mantener un buen balance nutricional del árbol, que permita una mejor tasa fotosintética y a su vez una buena alimentación de las trufas.
¿En este sentido, cómo influiran las podas fuertes en verano que comentábamos en el anterior post? posiblemente deberíamos realizarlas solo durante los primeros años antes de la entrada en producción y a partir de ese momento realizar podas solamente a finales de la campaña de recolección de trufas, con el objetivo de generar nuevos brotes con hojas nuevas con una tasa de fotosíntesis mas elevada.
La fotosíntesis está directamente relacionada con la evapotranspiración y así la disponibilidad de agua, por lo que nuevamente el trabajo del suelo o control de la hierbas vuelve a ser de mayor importancia.
Saludos,
Marcos Morcillo
Referencia:
– Symbiotic versus saprotrophic strategy during Tuber melanosporum ascocarp development. Preliminary results based on 13C and 15N natural abundance and on in situ 13CO2 pulse-labelling. F. Le Tacon, C. Robin, B. Zeller, C. Plain, J.-P. Maurice, C. Hossann and C. Bré- chet, in Proceedings of the 7th International Conference on Mush- room Biology and Mushroom Products, October 4-7, 2011, pp. 501-508.
– Saprotrophic versus symbiotic strategy during truffle ascocarp
development under holm oak. A response based on 13C
and15N natural abundance. Bernd Zeller, Claude Br´echet, Jean-Paul Maurice, François Le Tacon. Ann. For. Sci. 65 (2008) 607.
http://link.springer.com/article/10.1051%2Fforest%3A2008037